Matrimonio
Aunque el número de bodas civiles ha aumentado en los últimos años, la mayorÃa de los chilenos sigue optando por una ceremonia religiosa. Tradicionalmente, las parejas compraban las alianzas para el compromiso, las hacÃan bendecir por un sacerdote y las llevaban en la mano derecha. En la ceremonia nupcial, los anillos se intercambiaban de la mano derecha a la izquierda. Hoy en dÃa, pocas parejas siguen esta tradición, ya que muchas han adoptado la costumbre más común de dar a la prometida tanto el anillo de compromiso como el de boda.
El formato de la boda es muy similar al de las bodas católicas en otros lugares. No hay damas de honor y los novios están acompañados por un padrino o madrina de matrimonio (uno de los padres o un amigo cercano). En Chile, especialmente entre las clases bajas, una boda puede convertirse fácilmente en un asunto comunitario, ya que los amigos y la familia participan en la organización de la ceremonia y la fiesta.
Entre las clases bajas, todos los invitados deben ser invitados tanto a la iglesia como a la comida, mientras que las familias de clase alta suelen tener dos listas de invitados: una para las personas que están invitadas a asistir a todo el evento y otra para las que se espera que asistan sólo a la iglesia. Las listas de novio son cada vez más populares, pero los vales de regalo no son apreciados.
Trabajo y Vida Cotidiana
Los latinoamericanos suelen tener una semana laboral larga. En Chile, una ley ha reducido la semana laboral normal a cuarenta y cinco horas (de cuarenta y ocho). La gente suele empezar a trabajar a las 9 de la mañana y terminar alrededor de las 6 de la tarde, de lunes a viernes, pero estos horarios pueden variar.
Además del horario oficial, muchos empleados de las grandes ciudades tienen que hacer un largo viaje al trabajo y no van a casa a comer, por lo que la vida puede ser muy estresante. En provincias, la vida suele ser más lenta y relajada. La mayorÃa de los chilenos tienen un mÃnimo de quince dÃas de vacaciones al año, que suelen tomar en enero y febrero. Las prestaciones de desempleo son muy bajas y sólo se conceden durante un máximo de cinco meses.
Compras
En los pequeños pueblos, la vida transcurre sin ser tocada por los grandes grupos comerciales. AquÃ, la gente compra en pequeños mercados locales y en tiendas que cierran a la hora de comer y ofrecen una oferta muy limitada. En Chiloé, los lugareños siguen vendiendo la fruta y la verdura en la medida tradicional, el almud (8 litros).
Sin embargo, estas prácticas están desapareciendo poco a poco, ya que los grandes supermercados, las cadenas de farmacias y, en las ciudades más grandes, los centros comerciales expulsan al pequeño comercio del negocio. La globalización y el desarrollo han cambiado radicalmente los hábitos de compra de los chilenos.
Muchos chilenos se sienten orgullosos de este cambio: las grandes superficies, especialmente en zonas remotas como la Patagonia, pueden ahora ofrecer a la gente productos frescos más baratos y mejores, y traer la última moda de la capital y del extranjero.
En las ciudades más grandes, muchos chilenos pasan gran parte de su tiempo libre en los centros comerciales, aunque no es raro encontrar a crÃticos vehementes de tal consumismo. Este auge del comercio minorista hará que su estancia sea muy cómoda y segura, ya que podrá encontrar prácticamente todo lo que necesite, pero no se pierda los populares y coloridos mercados de pescado y verduras, especialmente en las ciudades costeras.
En Santiago, las galerÃas del centro y los alrededores de la calle Patronato aún conservan parte de su antiguo encanto.
Las tiendas suelen abrir de 9:00 o 10:00 a 19:30 o 20:00. Muchos comercios, excepto en las grandes ciudades, cierran para comer entre las 12:30 o 13:30 y las 15:00. Los grandes supermercados y centros comerciales abren hasta las 22:00.
Sistemas de Salud
Al igual que con la educación, Chile tiene un sistema de salud de dos niveles. El servicio público de salud es accesible para todos, pero es completamente gratuito sólo para los dos grupos de ingresos más bajos. Aunque los últimos gobiernos han hecho mucho por aumentar la cobertura, y los indicadores clave, como la mortalidad infantil, han mejorado significativamente, el servicio nacional de salud a menudo carece de personal y equipos suficientes, con largas listas de espera. La atención dental pública, por ejemplo, sólo puede atender casos graves.
Los chilenos más acomodados se inscriben en un seguro privado, la ISAPRE, que da acceso a instalaciones y cuidados de primer mundo. La diferencia entre ambos regÃmenes es chocante y revela que la sociedad chilena sigue estando muy estratificada y es desigual. Sin embargo, en 2005, el gobierno del Presidente Lagos introdujo una reforma revolucionaria, el Plan Auge: en él se especifican una serie de condiciones médicas para las que los hospitales privados tienen que proporcionar asistencia médica gratuita a los ciudadanos más pobres.
Si acude a un especialista, no se sorprenda si le recibe con un abrazo y le hace un gran número de preguntas. En Chile, se espera que el médico sea cariñoso y dedique mucha atención al paciente. Con las visitas regulares le tratará casi como a un viejo amigo. Sin embargo, es probable que estas experiencias se limiten al sistema de salud privado; en el desbordado sector estatal, las cosas son muy diferentes.