"La televisión significa el mundo en su casa y en las casas de toda la gente del mundo. Es el mayor medio de comunicación jamás desarrollado por la mente del hombre. Ella hará que se desarrolle la buena vecindad y traerá la comprensión y la paz sobre la Tierra, más que ninguna otra fuerza material en el mundo actual.»
Esas palabras fueron escritas por un investigador norteamericano, T. Hutchison, en 1946. Diez años antes, nuestro medio habÃa hecho su aparición en Europa, como servicio público, y lo mismo habÃa sucedido en 1939 en Estados Unidos. En pocos años se convertirÃa en el sistema de comunicación más difundido en los hogares de buena parte del planeta.
Recuerdo cuando comenzaron a aparecer los primeros aparatos, en la década del cincuenta. Unos tÃos mÃos habÃan comprado uno enorme y lo habÃan instalado en el centro de la sala, con un tremendo florero arriba. Faltaban años para que llegara la primera señal, pero ya se vendÃan los equipos con antena y todo, y ahà estaban a la espera de las imágenes. A veces, me sentaba en la sala vacÃa y me imaginaba mundos en la pantalla.
Las primeras emisiones en Mendoza se dieron en circuito cerrado, en comercios de la calle San MartÃn. Los curiosos nos agolpábamos frente a las vidrieras. El primer programa que vi fue el de Los Picapiedra.
Cuando por fin la señal llegó a domicilio, los vecinos acudÃan a la casa del afortunado poseedor de un aparato. El vecino todavÃa era el vecino y siempre estaban abiertas para él las puertas. Se veÃa en grupo y se comentaba en grupo. Luego, se multiplicaron los equipos y cada uno se fue quedando entre sus cuatro paredes.
No recuerdo voces de alerta en relación con la nueva tecnologÃa. Los programas eran recibidos con la misma ingenuidad con que por entonces mirábamos el mundo, la segunda guerra habÃa quedado atrás, a nuestro paÃs no le habÃa ido nada mal con ella, la amenaza de la bomba y la sombra de otras guerras estaban todavÃa lejos (al menos, en el tiempo de un niño como era yo por aquellos años), y podÃa uno vivir esos saltos inmensos con toda alegrÃa y naturalidad.