Aprende a escribir para el cine y la televisión.
Detalle minucioso de la forma básica de una pelÃcula, la construcción dramática del argumento y la naturaleza esencial de la verdadera historia para la pantalla. Se traza cada paso en la tarea del guionista, desde la elección del material, pasando por la sinopsis, el tratamiento, la continuidad y el argumento hasta llegar al guión final.
EL ESTIMULANTE NUEVO MEDIO
En el siglo XX se inventó una nueva forma de narración. Mediante una ingeniosa combinación de pequeñas piezas metálicas, cintas de celuloide, vidrio en forma de lentes y cables eléctricos, se logró un adelanto tecnológico que llegarÃa a tener un increÃble efecto sobre las mentes de millones de personas.
En comparación con otras formas artÃsticas, el origen de la pelÃcula es singular. A diferencia de las exhibiciones teatrales medievales que se realizaban en las escalinatas de las catedrales, o de las comedias de Molière, representadas en el palacio real, las pelÃculas surgieron en primitivas salas de entretenimiento. El cine nació cerca de una galerÃa de tiro al blanco y creció en la vecindad de un bar. A su alrededor, practicaban sus antiquÃsimos trucos acróbatas y vendedores de tarjetas sexuales, hechiceros y encantadores de serpientes, payasos y hombres forzudos.
Desde su nacimiento debió enfrentarse a muchos obstáculos. Necesitó todo el vigor de su fuerte naturaleza para sobrevivir.
Y el cine hizo mucho más que meramente sobrevivir. A causa de su bajo origen, y seguramente sólo por eso, fue al principio ignorado o despreciado por la elite cultivada que tenÃa a mano todas las demás formas de arte. Pero al poco tiempo ya no pudo ser ignorado. La risa en los cines baratos creció y creció llenando el ambiente. El cine se abrió camino con la fuerza elemental de una avalancha. En términos numéricos, pronto alcanzó el público más grande de todos los tiempos. En realidad, en la joven generación actual, el cine ha reemplazado ampliamente a la novela como la forma de relato en este siglo.
Y a lo largo del camino, cosechó un fruto aún mayor: la televisión. Este descendiente no sólo captó aun más espectadores, sino que los convocó simultáneamente por toda la nación. En tanto que las pelÃculas cinematográficas viajaban gradualmente por territorios dispersos, un espectáculo de televisión podÃa ser visto en una hora por cincuenta millones de personas.