La televisión es el medio de comunicación de mayor penetración, cobertura, audiencia e influencia cultural y polÃtica en un paÃs multicultural, multiétnico, plural y diverso como México. Sin embargo, este es uno de los paÃses con la mayor concentración de frecuencias, audiencias y de presupuesto publicitario en la pantalla chica. La digitalización, el crecimiento de internet y el uso de los dispositivos móviles, hasta ahora, no han arrebatado el predominio de la empresa dominante en el sector, Televisa, de Emilio Azcárraga. Tampoco lo hizo la transición democrática, una vez que el partido polÃtico que hizo y alimentó el monopolio de la televisión, el PRI, dejó el poder en 2000, luego de más de 70 años de ejercerlo. El incremento de hogares con servicios de televisión paga tampoco ha sido un factor que altere el status quo porque la misma empresa controla más del 50 % de este mercado. La hegemonÃa de la compañÃa de medios más grande de habla hispana podrÃa ser dañada con la entrada de nuevos competidores en televisión abierta y la cada vez más cercana posibilidad de que su rival, la poderosa Télmex, de Carlos Slim, ingrese al servicio de la televisión restringida a través de la más grande red de telecomunicaciones en el paÃs, una vez que el gobierno por sà mismo o por mandato judicial le quite el candado a la telefónica para ofrecer el servicio.
Por lo pronto, Slim, el hombre más rico del mundo según Forbes, ya ofrece contenidos audiovisuales -noticiarios, partidos de fútbol y eventos especiales- en internet, asà como en uno de los canales de la televisión paga de la empresa satelital de MVS Comunicaciones y la estadounidense Dish1.